El diente de dragón, también conocido como dragoncillo, pertenece a la familia de las apiáceas y se comercializa en envases de 250 gramos, seleccionado por su frescura y su color verde brillante. La textura es crujiente y jugosa, con hojas finas y delicadas. Su aroma es suave y herbáceo, evocando notas de jardín. El sabor es una mezcla de frescura y un toque ligeramente picante, ideal para ensaladas, sándwiches o como guarnición en platos gourmet. El diente de dragón es una opción nutritiva y deliciosa para cualquier cocina.